domingo, 19 de julio de 2020

Han pasado muchos días en que no escribo aquí NI comparto con ustedes mis amigos!
ESTOS SON TIEMPOS DE DESESPERANZA, de TRISTEZA, de AFLICCIÓN, de MIEDO y
de ZOZOBRA frente a la Pandemia que azota al planeta entero. 
La desesperanza nos lleva a vivir en inquietud y zozobra por no poder visualizar un resultado positivo, por no encontrar la posibilidad de salir de ese laberinto en que estamos metidos con esto del Covid 19. La mayoría de personas en el mundo están ahora en desesperación, sin posibilidades, sin posibilidades. Pero todo esto sucede porque no vivimos una vida espiritual. Nos hemos creído todo poderosos y hemos desplazado a Dios de nuestras vidas. Ahora en medio de esta pandemia que ha permitido que el ser humano se encuentre frente a frente con su debilidad, su fragilidad y su falta de poderío para enfrentar al enemigo, es el momento de volver su vida a la búsqueda de Dios con ahínco, al encuentro personal y directo con Dios. 
A lo largo de mi vida espiritual, de búsqueda de Dios, del amor y de la sanación, he podido aprender a comulgar con Dios como "el gozo siempre nuevo" que  experimento a través de la MEDITACIÓN.
Es en estos tiempos por los que estamos atravesando, donde más validez tiene la Meditación, porque es a través de ella como podemos controlar los teléfonos de los sentidos, establecer contacto con Dios, ingresar al silencio verdadero y liberarnos del engaño de la materia. 
La meditación en palabras de mi gran Gurú Paramahansa Yogananda, es la forma específica de concentración que se aplica únicamente con la finalidad de unificarse conscientemente a la Consiencia Cósmica: la fuente de todo abastecimiento cósmico. Es decir, que a través de ella se obtiene todo lo que el poder de la atención pueda y deba lograr, sino que también se desarrolla el poder para controlar su destino, evitar el fracaso y la enfermedad. 
La meditación nos lleva a la relajación y a la concentración consciente y a la separación de la mente de los inquietos sentidos, por eso es "la única forma de conocer a Dios". Y ten presente que dedicar la vida íntegra a Dios, de ninguna manera significa negar la vida ordinaria y sus responsabilidades, alegrías o retos. Encontrar a Dios es un logro positivo que eleva y embellece la vida. Pero para encontrar esta gozosa percepción de Dios, debes encontrar el método correcto de concentración y meditación. Forma el hábito durante estos tiempos de meditar, y te encontrarás la esperanza, viviendo en la infinita dicha de encontrar el control de tu vida en la amorosa presencia de Dios. Déjale el control a ÉL y suelta todas las preocupaciones; vive sabiendo que el Orden Divino está presente en toda  persona y situación. Dios mueve los hilos y su luz nos guía según nos conectamos conscientemente.